Naufragio
5/26/2017
Me da rabia mirar a unos ojos
y que ya no sean los tuyos.
Y es que tengo tanta rabia acumulada en mis dedos,
que voy a utilizar palabras mal sonantes en este poema,
a pesar de no ser mi costumbre.
Porque me da rabia el maldito camino
que no ha querido acoger las huellas de nuestros pies descalzos.
Me da rabia la maldita deshora
con la que nunca llegaste.
Me dan rabia todos los malditos
minutos que me quede esperando una respuesta,
mientras que miles de preguntas se atropellaban en mi garganta
hasta conseguir ahogarme.
Me da rabia apretar los puños y
ver que ya no encuentro tus manos para calmarme.
Me da rabia haberte querido tanto
y que ahora solo seas un turbio recuerdo.
Me da rabia no saber a ciencia cierta
si realmente has existido.
O si quizás fue solo mi imaginación,
jugando a ser feliz por un tiempo.
Me da rabia tener que escribir que me da rabia,
y tener que empapar este poema de lágrimas y palabras mal sonantes.
Sin embargo, todo eso no es lo peor.
Porque ahora al menos siento rabia.
Luego sentiré pena.
Pero al menos aún te siento.
El problema vendrá cuando llegue el día en el que ya no sienta
ni pena ni rabia.
Y ese día será cuando la tormenta que siempre fuimos,
regrese para llevarme a la deriva hasta encallar en las rocas
de un papel en blanco lleno de abismos.
que no ha querido acoger las huellas de nuestros pies descalzos.
Me da rabia la maldita deshora
con la que nunca llegaste.
Me dan rabia todos los malditos
minutos que me quede esperando una respuesta,
mientras que miles de preguntas se atropellaban en mi garganta
hasta conseguir ahogarme.
Me da rabia apretar los puños y
ver que ya no encuentro tus manos para calmarme.
Me da rabia haberte querido tanto
y que ahora solo seas un turbio recuerdo.
Me da rabia no saber a ciencia cierta
si realmente has existido.
O si quizás fue solo mi imaginación,
jugando a ser feliz por un tiempo.
Me da rabia tener que escribir que me da rabia,
y tener que empapar este poema de lágrimas y palabras mal sonantes.
Sin embargo, todo eso no es lo peor.
Porque ahora al menos siento rabia.
Luego sentiré pena.
Pero al menos aún te siento.
El problema vendrá cuando llegue el día en el que ya no sienta
ni pena ni rabia.
Y ese día será cuando la tormenta que siempre fuimos,
regrese para llevarme a la deriva hasta encallar en las rocas
de un papel en blanco lleno de abismos.
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