Abismos inconfesados

Me siento viva en una realidad de la que mi conciencia nunca habia formado parte. Me desdoblo, deshago, transformo y respiro, por cada...



Me siento viva en una realidad
de la que mi conciencia nunca habia formado parte.

Me desdoblo, deshago, transformo y respiro,
por cada palabra que le lanzo al futuro
pero que decide apoderarse del presente.

Me configuro a mi misma
como aquello en lo que nunca he creido
pero con lo que siempre he caminado,
descalza,
aunque fuera en direccion contraria.

Vuelo por cada una de las pisadas
que aquel día mis pies
no se atrevieron a regalarle al camino.

Maldigo y escupo en todos los "peros"
que siempre acompañaron mis frases,
usados como escudo ante una posible guerra.

Pero, aún así, respiro y abrazo a mis errores.


Empiezo a fusionarme con cada uno de los silencios
que tenían que haber estallado por encima de las palabras
siendo los protagonistas aquel día directo al abismo.


Me desintegro en mi memoria y recupero
todos los recuerdos que nunca les he permitido
más que un recondito espacio de mi mente.

Y les perdono.

Les acaricio el alma, les beso las heridas,
y junto a ellos espero mi partida.

Hasta que, al fin, comienzo acaer.

Caigo y ruedo
por todos los rincones que aún
no ha sido capaz de transitar ningún espejo.

Me arrastro y renanzco gracias a todos los tropiezos
que un día vieron a mis miedos yacer en el suelo.

Caigo,
         caigo,
                   caigo...

Hasta que llego al suelo y solo quedo yo.

Todo lo demás se ha fugado con el aire.

Y al quedarme sola tumbada sobre mis escrombros,
me doy cuenta de que nunca había sido yo misma.
Hasta que hoy,
de una vez por todas,
le he jurado lealtad a mi locura.



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