Todos huimos del punto y final.

Queremos permanecer al borde del abismo
de un presente que pronto se convertira en futuro.

Alargamos cada minuto y cada segundo
deseando que dure para siempre.

Pero el tiempo nos empuja hacia el precipicio del próximo paso.

Nos empeñamos en buscar los puntos y seguidos,
en querer alargar nuestra sonrisa
para que espante a cualquier posible nube.

Y en caso de no poder existir un punto y seguido,
confiamos en que haya punto y a parte.

Y nos transportamos a un mundo paralelo
donde no existe el presente,
donde solo existe lo que fue o lo que podria ser.

Pero no siempre en el mañana hay espacio para el ayer.

Y es en el momento en el que aprendes a sonreir por lo que fue,
cuando al fin eres capaz de poner el punto y final,
y dejar que sea la vida quien te sorprenda con un punto y seguido.