Despedidas con sabor a sal

Nos despedimos de la vida a veces en un simple abrazo que quizas nunca volvamos a dar Nos despedimos de olores de pelo que nos recuerdan a ...

Nos despedimos de la vida a veces en un simple abrazo que quizas nunca volvamos a dar

Nos despedimos de olores de pelo que nos recuerdan a una primavera infinita

Nos despedimos de roces inesperados que a veces levantan tu mundo cuando lo creias perdido

Nos despedimos de bienvenidas que llegaron sin aviso, y estaban dispuestas a quedarse para siempre.

Nos despedimos de recuerdos que quizas nunca han llegado a ocurrir.

Nos despedimos y abrazamos promesas que alomejor prefieren volar con el viento

Nos miramos y decimos que volveremos a encontrarnos en esa playa,
Que volveremos a besar un verano que parecia no acabar nunca

Nos despedimos y nos pedimos que lo que una vez llegó, permanezca a nuestro lado para siempre.

Nos despedimos y pensamos con tristeza que ya nunca volveremos a vivir lo ocurrido.

Que ya nunca volveremos a volar con sal en la piel y alegría en el corazón.

Pero al despedirnos, se nos olvida un detalle.

Se nos olvida que aquellos roces inesperados,

aquellos besos con sabor a verano,

aquellas miradas avergonzadas de mirar,

se niegan a abandonarnos a pesar de la despedida.

Porque saben que los necesitamos.

Y nos esperan pacientes para sacarnos una sonrisa en el momento mas inesperado, y para recordarnos que las despedidas nunca son para siempre.

Porque todo aquello que nos ha regalado el pasado, siempre permanecerá en el futuro.

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