Condena
2/25/2016
Hoy te has despertado en mi memoria
y estabas tan bonito como siempre.
La luz de la venta ha entreabierto tus ojos,
y yo, con el cuidado que se tiene
al deshojar una flor,
he acariciado tu pelo,
he rozado tus labios,
y te susurrado al oído
que ahogáramos los problemas del lunes
siendo juntos tarde de domingo.
Hoy he despertado encima tuya
y eras tan etéreo como nunca.
Pero la luz del sol es verdadera,
y como todo sueño enemigo
de la mañana,
lentamente te has ido desvaneciendo.
Tu sonrisa,
tus ojos,
el brillo de tu pelo,
se han ido escurriendo entre mis manos
y aún sigo tirada en el suelo
intentando recoger los pedazos.
Pero tengo que levantarme y continuar con la historia.
Nuestra historia.
Ya sabíamos lo que sería aceptar esta injusta condena:
Siempre seremos de la noche
y juntos, sin juicios ni demoras,
siempre moriremos con el día.
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