Condena

Hoy te has despertado en mi memoria y estabas tan bonito como siempre. La luz de la venta ha entreabiert o tus ojos, y yo, con el cuidad...


Hoy te has despertado en mi memoria
y estabas tan bonito como siempre.

La luz de la venta ha entreabierto tus ojos,
y yo, con el cuidado que se tiene
al deshojar una flor,

he acariciado tu pelo,
he rozado tus labios,
y te susurrado al oído
que ahogáramos los problemas del lunes
siendo juntos tarde de domingo.

Hoy he despertado encima tuya
y eras tan etéreo como nunca.

Pero la luz del sol es verdadera,

y como todo sueño enemigo
de la mañana,
lentamente te has ido desvaneciendo.


Tu sonrisa,
tus ojos,
el brillo de tu pelo,
se han ido escurriendo entre mis manos
y aún sigo tirada en el suelo
intentando recoger los pedazos.

Pero tengo que levantarme y continuar con la historia.
Nuestra historia.

Ya sabíamos lo que sería aceptar esta injusta condena:

Siempre seremos de la noche
y juntos, sin juicios ni demoras,
siempre moriremos con el día.

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